Hace unos meses, por puros celos, ya que se había hecho colaborador del blog de mi buen amigo Emilio, http://emisucio.wordpress.com/, le pedi a Churri, un amigote de www.zinemahk.org que para compensarme me tendría que escribir ,al menos, una reseña de alguna peli de ninjas de la IFD o la Filmark. El muy cabrito no se ha mojado del todo y en lugar de elegir una de las gamberradas de corta y pega de Tomas Tang, ha elegido una de Lo Rei que fue distribuida a todo el mundo por la Filmark International.
Churri no es fanático del género ( más bien subgenero) ninja y por lo tanto sus apreciacoiones son mucho más objetivas que las que yo pudiese dar sobre la misma película y esto hace que su aportación a este blog sea algo muy valioso ya que mi pasión por estas cintas a veces me pierden y la subjetividad no me deja ver los errores de mi adorado Godfrey Ho.
Señoras y señores, con ustedes EL ESCUADRÓN DE LOS NINJAS según Churri:
Churri no es fanático del género ( más bien subgenero) ninja y por lo tanto sus apreciacoiones son mucho más objetivas que las que yo pudiese dar sobre la misma película y esto hace que su aportación a este blog sea algo muy valioso ya que mi pasión por estas cintas a veces me pierden y la subjetividad no me deja ver los errores de mi adorado Godfrey Ho.
Señoras y señores, con ustedes EL ESCUADRÓN DE LOS NINJAS según Churri:
Si el buen comienzo de una película la vende, de ésta ya no quedarían, pues es demoledor. John, un ninja (un pletórico Alexander Lo Rei, el ninja más habitual y completo, con Sho Kosugui), blanco (luego es “bueno”) recorre cauto un bosque que hierve de ninjas armados hasta la capucha, y en menos de un minuto aniquila con desdeñosa facilidad a media docena de ninjas entrenados para matar. Ahora, busca a un gran maestro. Ninja, claro, al que acecha en una efectiva escena. Tras una lucha intensísima, comprendemos que el maestro pudo matarlo de haber querido. Las luchas eran una prueba de iniciación, el paso del ninja a la maestría,..
Ahora vemos que John y Spencer (Eugene Thomas, hábil luchador negro, el célebre “Monje negro de Harlem” en la alucinante Ninja Shaolin duelo final) son polis, violentos y grandes expertos en la lucha. El futuro suegro de John inventa una cura radical contra la drogadicción, y el Jefe de los multicolores Ninjas De Los Cinco Elementos, tan letales como John, la desea. John es encerrado y torturado, y su torturador amenaza a Nancy, novia de John. Éste, colérico, lucha contra docenas de policías, arrasa media comisaría y escapa… John, cual Rambo con arco y todo, es perseguido hasta un bosque que convierte en trampa letal, los ninjas polícromos secuestran al Profesor y su familia. John llega al rescate y los combates contra los ninjas teñidos son fantásticos. Alexander es un luchador extraordinario, su capacidad marcial inmensa y exponerse a una de sus demoledoras patadas es letal. La lucha alcanza un nivel intensísimo, y John es dado erróneamente por muerto...
Un hecho inesperado depara una nueva lucha impactante, John prepara venganza y arsenal y corre hacia el ninjachalet. Hay una lucha generalizada y los vecinos de la tranquila urbanización al ver a los ninjas polícromos intentando masacrar al ninja blanco, fijo que buscan la calma en la zona más belicosa de Harlem… y vemos cuán útiles son las célebres katanas ninjas submarinas...
Al fin, el Señor Ninja lucha con John y Spencer en un combate terrible, prolongado, extraordinario e intensísimo, pródigo en todo tipo de exhibiciones marciales a cargo de tres grandes maestros, donde el pérfido ninja iguala a John. Es demoledor, su técnica de pierna impactante y no lucha con nobleza, y...
Las películas de la Filmark no pasarán a la historia del cine. Carecen de la grandeza de Operación Dragón, la épica de Érase una vez en China o la belleza y poesía de Tigre y dragón, por ejemplo. Sus actores no ganarían un premio de interpretación y jamás las nominarían al Oscar al mejor guión, ni lo pretendían. ¿Qué provoca entonces su tremenda adicción?. Es sencillo: Son tan perdurables, recordadas y disfrutables por lo infernalmente divertidas que son, pues lo tienen todo para pasar un buen rato.
El Escuadrón ninja cumple todas las premisas de la Filmark: Guión absurdo, hilo común para enlazar frenéticas escenas de acción, situaciones hilarantes (el ninja de la Tierra se hunde en ésta y surge ¡en pañales!, bueno, con un ninjacalzoncillo, elemento risible del que ignoro su razón), ninjas con poderes sobrehumanos, colores que marcan la catadura de los actores, subtramas que se inician y abandonan, mujeres florero, y a los adoradores de las bandas sonoras les enloquecerá… ¡No hay ni un minuto original, todo robos!...
Pero también supera a la media: Sus actores son grandes luchadores, en especial Alexander, que cada vez nos sorprende con una técnica más depurada, y, sobre todo, sus luchas, el plato fuerte de la película, sin insertos de luchas de otras, algo usual en Filmark. Aquí sólo luchan John, Spencer, los ninjas teñidos y su pérfido Jefe, y son combates extraordinarios, de un nivel técnico impactante, que roza la excelencia en las tremendas luchas realizadas por Alex, un guerrero realmente memorable. Tenía clase para llegar muy alto éste desaprovechado campeón de Taekwondo, y protagonizar algo más que sus sempiternos papeles ninja, pues su técnica es enorme, su estilo de lucha espectacular y efectivo, demoledor sin duda en combate real, y aunque sus muchas películas como ninja le hicieron muy popular, la mediocridad de muchas de éstas, a la larga, le perjudicó grandemente. ¿Y qué?, ésta película es, a su modo, memorable, logra cotas de diversión inigualables, la seguimos con una gran sonrisa en los labios... y cuando acaba, somos conscientes de que hemos disfrutado como niños… ¿No es eso lo que buscábamos?. En efecto, no íbamos a ver Muerte en Venecia…
Un hecho inesperado depara una nueva lucha impactante, John prepara venganza y arsenal y corre hacia el ninjachalet. Hay una lucha generalizada y los vecinos de la tranquila urbanización al ver a los ninjas polícromos intentando masacrar al ninja blanco, fijo que buscan la calma en la zona más belicosa de Harlem… y vemos cuán útiles son las célebres katanas ninjas submarinas...
Al fin, el Señor Ninja lucha con John y Spencer en un combate terrible, prolongado, extraordinario e intensísimo, pródigo en todo tipo de exhibiciones marciales a cargo de tres grandes maestros, donde el pérfido ninja iguala a John. Es demoledor, su técnica de pierna impactante y no lucha con nobleza, y...
Las películas de la Filmark no pasarán a la historia del cine. Carecen de la grandeza de Operación Dragón, la épica de Érase una vez en China o la belleza y poesía de Tigre y dragón, por ejemplo. Sus actores no ganarían un premio de interpretación y jamás las nominarían al Oscar al mejor guión, ni lo pretendían. ¿Qué provoca entonces su tremenda adicción?. Es sencillo: Son tan perdurables, recordadas y disfrutables por lo infernalmente divertidas que son, pues lo tienen todo para pasar un buen rato.
El Escuadrón ninja cumple todas las premisas de la Filmark: Guión absurdo, hilo común para enlazar frenéticas escenas de acción, situaciones hilarantes (el ninja de la Tierra se hunde en ésta y surge ¡en pañales!, bueno, con un ninjacalzoncillo, elemento risible del que ignoro su razón), ninjas con poderes sobrehumanos, colores que marcan la catadura de los actores, subtramas que se inician y abandonan, mujeres florero, y a los adoradores de las bandas sonoras les enloquecerá… ¡No hay ni un minuto original, todo robos!...
Pero también supera a la media: Sus actores son grandes luchadores, en especial Alexander, que cada vez nos sorprende con una técnica más depurada, y, sobre todo, sus luchas, el plato fuerte de la película, sin insertos de luchas de otras, algo usual en Filmark. Aquí sólo luchan John, Spencer, los ninjas teñidos y su pérfido Jefe, y son combates extraordinarios, de un nivel técnico impactante, que roza la excelencia en las tremendas luchas realizadas por Alex, un guerrero realmente memorable. Tenía clase para llegar muy alto éste desaprovechado campeón de Taekwondo, y protagonizar algo más que sus sempiternos papeles ninja, pues su técnica es enorme, su estilo de lucha espectacular y efectivo, demoledor sin duda en combate real, y aunque sus muchas películas como ninja le hicieron muy popular, la mediocridad de muchas de éstas, a la larga, le perjudicó grandemente. ¿Y qué?, ésta película es, a su modo, memorable, logra cotas de diversión inigualables, la seguimos con una gran sonrisa en los labios... y cuando acaba, somos conscientes de que hemos disfrutado como niños… ¿No es eso lo que buscábamos?. En efecto, no íbamos a ver Muerte en Venecia…
A ver si se anima y dentro de poco podemos disfrutar de otra reseña similar!
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